Otitis Externa
Denominamos otitis externa a la inflamaciòn y/o infecciòn viral,bacteriana o fùngica , que compromete la piel del conducto auditivo externo. Multiples son las causas locales o generales, que pueden generarla:
Otitis externa eczematosa
El principal sintoma de la otitis externa eczematosa es la continua picazón de uno o ambos oidos. El dolor no es típico, a menos que se produzca la sobreinfeción bacteriana. En esta patología la ventilación y descamación normales del conducto auditivo externo están alteradas y el mismo tiende al prurito, generando con frecuencia un círculo vicioso de rascado e infección.
Estos pacientes son a menudo tratados con gotas, las que pueden ser de ayuda inicialmente, pero cuyo uso prolongado puede conducir a infecciones fúngicas secundarias. Incluso algunos pacientes, pueden presentar reacciones cutáneas a los antibióticos de amplio espectro, que ellas contienen, lo cual intensifica la picazón.
El primer paso en el tratamiento de una otitis externa eczematosa es la educación de los pacientes acerca de los cuidados indispensables para evitar las recurrencias.. El tratamiento inicial especifico de la patología, involucra la aplicación tópica de cremas con hidrocortisona, en la piel del pabellón y concha auricular ,los que habitualmente se encuentran implicados, pero dado que las cremas no son de fácil aplicación en el conducto auditivo externo, se completara con la utilización de gotas con hidrocortisona. Tanto las cremas como las gotas se utilizaran de 1 a 3 veces diarias ( dependiendo del tipo de corticoide utilizado) por espacio de 3 a 5 días, según la intensidad de los síntomas. Si ellos persisten, la limpieza por succión del conducto, bajo control otomicroscópico, .será indispensable. Es necesario que reaparezca en el conducto el cerumen normal para considerar curada a la otitis externa.
Los pacientes que padecen otitis externa eczematoza, también deberán recibir información acerca de la posibilidad de necesitar futuros tratamientos, dado que estos problemas nunca se solucionan completamente, presentando a menudo recurrencias estacionales.
Se deberán insistir en la no-exposición de la piel a irritantes locales tales como el champú, jabones, y cosméticos, los cuales tienden a precipitarlo o agravarlo.
Los niños en sus primeros años de vida, pueden presentar frecuentemente otitis externas eczematosas, las que deben ser diagnosticadas con acierto, para evitar su confusión con OMA, lo que genera un marcado sobreuso de antibióticos
Otitis externa fúngica
Sus síntomas más frecuentes incluyen, prurito, dolor (que suele ser severo en la fase inicial de la enfermedad) y secreciones pastosas o supuracion franca del oido afectado. Los pacientes tienen a menudo una historia de frecuente exposición al agua (nadadores) viéndose favorecidas por los ambientes húmedos y calurosos.
El uso indiscriminado de gotas con antibióticos de amplio espectro, especialmente los que contienen aminoglucósidos, combinados con hidrocortisona, es un antecedente frecuentemente hallado en el interrogatorio.
En el examen otomicroscópico un material blanco –grisáceo de aspecto algodonoso, que recuerda el papel mojado y que contiene pequeñas motas negras, es hallado rellenando el conducto auditivo externo. Puede identificarse una especie de pelusa, debida generalmente a la presencia de minúsculos micelios que invaden la pared del conducto. Estas secreciones son fácilmente eliminadas por limpieza y aspiración, dejando un conducto y membrana timpánica con un aspecto francamente eritematoso. En algunos pacientes la membrana timpánica y la piel del canal pueden estar engrosadas y sangrar fácilmente al tacto.
El tratamiento inicial se fundamenta en la limpieza del canal por irrigación con peróxido de hidrogeno y posterior aspiración para eliminar el material fungico y la piel descamada y necrosada. El tratamiento exitoso depende fundamentalmente de las repetidas limpiezas y la posterior utilización de antimicóticos locales tales como el cotrimoxasol al 1%, o ácido acético en los casos menos severos, luego de finalizadas las mismas. Antimicoticos orales no son requeridos. Es fundamental explicar al paciente la necesidad de controles periódicos, dada su tendencia a la recidiva luego de aparentes periodos de mejoría.
Otitis externa aguda
La otitis externa aguda es una dolorosa afección, producida por la infección de la piel del conducto auditivo externo. En casos severos la totalidad del pabellón puede verse afectado. Los pacientes frecuentemente han sido expuestos al agua ( piletas, mar, duchas), lo cual explica la denominación de “ otitis del nadador “ u “otitis de pileta». Su síntoma más característico es el intenso dolor que se agrava con la manipulación del pabellón auricular.
Puede comprometerse la audición, dado que el severo edema del conducto y su oclusión por residuos, producen un bloqueo completo del mismo, interfiriendo con la transmisión del sonido. Puede presentarse con elevación de la temperatura corporal moderada (38°) y enrojecimiento del conducto y concha auricular. Cualquier manipulación del oído, así como la presión en el trago causan. Un intenso dolor, el paciente no tolerando siquiera, la colocación del especulo Su tratamiento esta basado en el conocimiento de su etiología. El PH normal de la piel del conducto es alrededor de 5,5 lo cual evita el crecimiento bacteriano. El conducto auditivo externo es estéril solo en el 30 % de los pacientes. El Staphilococo Aureus y la Pseudomona son los gérmenes que más frecuentemente habitan el canal auditivo externo.
El PH del jabón y del agua de las piletas es completamente alcalino, lo cual eleva el PH de la piel del conducto auditivo externo, creando un ambiente ideal para el crecimiento bacteriano y la posterior infección. Si la otitis aguda externa es precipitada por los cambios de PH, una simple solución que retorne la piel a sus valores habituales, ácidos, podría matar a la bacteria. En relación a su tratamiento, el canal deberá ser cuidadosamente limpiado para remover la piel descamada y necrosada, así como las bacterias.
No es útil la colocación de gotas en un conducto obstruido lleno de residuos, ya que el tratamiento tópico solo será eficaz si logra llegar a la piel afectada.
Esto se vuelve dificultoso por el intenso dolor que presenta el paciente, mucho más si es un niño. El marcado edema del conducto dificulta la colocación de los medicamentos tópicos, los que no pueden penetrar para destruir a las bacterias. Este problema se resuelve con la colocación de una gasa o material expansible el cual se ubica dentro del conducto. La saturación de la mecha con la medicación permitirá la llegada de esta a la totalidad del canal Un fuerte analgésico y paños calientes locales pueden aminorar el cuadro doloroso, especialmente nocturno.
En 48 o 72 hs la gasa será removida y de ser necesario, se colocara otra. Los pacientes deberán comunicarse inmediatamente con su médico, si el dolor, la fiebre o la inflamación aumenta a pesar del tratamiento instituido, ya que pueden ser los síntomas de una otitis maligna , la que puede extender la infección al hueso temporal o base de cráneo. Esta situación debe ser especialmente sospechada en los pacientes inmunodeprimidos, tales como diabéticos, SIDA o bajo tratamientos quimioterápicos. Ella demanda un rápido diagnostico y una terapéutica agresiva de debridacion quirúrgica, mas un tratamiento quimioterápico endovenoso. Una vez que la otitis externa ha sido resuelta, el evitar su recidiva será nuestro mayor éxito. Dado que el agua alcalina es el mayor agresor, los pacientes deberán evitar la exposición a la misma con el uso de tapones durante el baño o la natacion o con la colocación de vaselina o lanolina, la que aísla del contacto del agua.
Luego de una larga exposición al agua, especialmente en los niños, unas gotas de ácido acético instiladas en el conducto auditivo externo pueden neutralizar el efecto alcalino y reducir notablemente la recurrencia. Recomendamos no usar hisopos para secar los oidos, puesto que colocados profundamente en el canal, pueden irritar la delgada piel, lesionándola y agravando el cuadro.